Cirugía laparoscópica es mínimamente invasiva, ya que permite intervenir a la paciente sin tener que abrir el abdomen, practicando pequeñas incisiones de aproximadamente 5 mm y su recuperación requiere de una menor de estancia hospitalaria, la paciente puede ser dada de alta el mismo día.
Básicamente el procedimiento consiste en inyectar dióxido de carbono para elevar la pared abdominal y así crear un mayor espacio para trabajar. Esto facilita al cirujano la visualización y trabajo con los órganos. Insertando el laparoscopio (un tubo con una pequeña cámara de televisión en su extremo) para poder examinar los órganos de la pelvis y el abdomen.
Actualmente se usa en muchas patologías, como para la extracción de quistes, miomas, histerectomía, endometriosis , embarazo ectópico, obstrucción tubaria bilateral, prácticamente en cualquier intervención de cirugía ginecológica.